jueves, 13 de agosto de 2009

Carta a un amigo Hondureño

¿Sabes? es como dice la canción de Milanes sobre el que hizo mucho y poco, con el paso del tiempo he empezado a sentir un cosquilleo de orgullo cuando rememoro esa época. Con los años me he encontrado con compañeros de esos tiempos y muchos me recuerdan como alguien que era diferente en muchas cosas, ese niño que era, me mira y seguro me pregunta si después de los años he sido digno de el y de sus sueños. En una vieja foto en las afueras de La Moneda cuando Allende llamo a parar el primer golpe de estado el 29 de junio del año 73, me reconozco entre la muchedumbre que protegió La Moneda, ese día llovió a mares e hizo un frío de mierda. Por la tarde me escape y fui a la casa de mis abuelos a cambiarme ropa y pedirle unos cigarrillos a mi abuela, en ese tiempo fumaba. Cuando estaba por volver a La Moneda pasó mi madre y quería impedir que saliera ya que evidentemente era peligroso. Fui querido Gustavo tan elocuente en la defensa de lo que yo creía justo que nadie impidió que volviera a la plaza, a la lluvia, el frío y los cantos. Seguro que también y menos épico hacia alguna compañerita de la que estaba enamorado. A lo que voy es que esos niños hondureños cuando pasen los años se preguntaran ellos y sus hijos si en esta hora aciaga de Honduras ellos fueron dignos hijos de ella, así que es un orgullo para los viejos ver a esos niños en la calle luchando por el respeto a la democracia, ya que como decía Allende el ser revolucionario es hasta una necesidad biológica en los jóvenes. Gracias por acordarte de mi, yo también tengo tantos recuerdos tuyos, las historias que durante horas nos contábamos al vapor del té ruso-. son parte de mi, y ojala podamos recordarlas juntos alguna vez.

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