Si se ignoran las causas originarias del problema –la pobreza, la exclusión social, la corrupción y la fragilidad del sistema judicial, no se podrán encontrar soluciones duraderas y la situación no hará sino empeorar. La desfachatez con la que operan los grandes delincuentes de corbata, logran que los jóvenes crean que es normal delinquir, el truco esta en que no te capturen o que un ejército de abogados te defienda y proteja. Piñera ha hecho lo que ha querido, ha sido multado tanto en Chile como en USA y no obstante se yergue como un líder inmensamente popular y digno de imitar. El diputado Errázuriz honorable defensor de cualquier causa moral era ni más ni menos que un ladrón y suma y sigue. Dittborn es otro mentecato ladronzuelo. Yuraszeck es -y siempre ha sido- un hombre promedio y ha logrado amasar su fortuna exclusivamente gracias a operaciones, digamos, sucias. Primero, sacando provecho de las privatizaciones de la dictadura y luego, quince años después, con el ya mentado caso Chispas. Y ahora es un multimillonario y un ejemplo a seguir. Pues bien la impunidad, la falta de valores en cualquier sociedad neo liberal hace que predomine el individualismo, y que el rol del estado la derecha solo quiere que se remita al control represivo de la delincuencia ya que esta atenta contra la propiedad privada. La delincuencia es un problema de todos, pero los más afectados son los más pobres ya que no tienen los recursos, ni los policías privados, ni las armas para defenderse del lumpen, ni los abogados que se preocupen de ellos. Y para colmo, muchas veces la delincuencia esta en la misma familia y ya sabemos que es difícil pelear o denunciar a los parientes.
martes, 14 de julio de 2009
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