jueves, 29 de abril de 2010

Karadima o Karadura


Cuando en Europa y Estados Unidos comenzaron a aparecer acusaciones acerca de abusos sexuales por parte de sacerdotes en el mundo, curiosamente no apareció ningún escándalo mayúsculo en Chile, país donde la Iglesia posee gran influencia sobre todo en las comunidades más modestas y también en las más exclusivas.

Sin embargo, la semana pasada, un programa de televisión cambió esa situación cuando fijó la atención en abusos que se están produciendo actualmente. Y sobre todo en uno de los notables de la Iglesia chilena, en un hacedor de curas llamado Karadima, basto con unos pocos relatos de algunos profesionales de ojos claros para estremecer la sociedad chilena e impactar a la opinión pública. Hasta El Mercurio cambio de postura y el cura ya ha sido condenado por todos, el drama para la Iglesia es como va salir de este atolladero. Ya que si lo condena eclesiásticamente a muchos les parecerá que es una reacción tardía, ya que las acusaciones son antiguas. Si no hacen nada el caso continuara en la agenda noticiosa y cada vez habrán nuevos testimonios. No hay salida y el asunto se ve muy complicado.

La Iglesia debe tener su consejero que vaya a ver inoficiosamente al cura y le diga como Tom Hagen de El Padrino, - que los antiguos romanos cuando caían en desgracia se quitaban la vida protegiendo de esa manera a la organización y llevándose la culpa. La familia era tomada en custodia por el lote respectivo, asegurándoles bienestar-.

Solo de esta manera la iglesia podrá salir del lío en el que se metió solita, luego podrán culpar a la prensa por la presión y la investigación tanto clerical como judicial se detendrá ahí.

Ahora hay que convencer al curita caliente de hacer lo difícil ya que en su mesiánica propuesta, los católicos prohibieron hace siglos el suicidio para que los maltratados esclavos no recurrieran a el para escapar de esa maldita vida, la Iglesia protegía así la inversión de los esclavistas. Ahora es diferente y pueden disimularlo. Por ultimo el cura Karadima ya sabe que no se ira al cielo.

La obligación del celibato y castidad que pesa sobre los sacerdotes católicos ha causado polémica y debate en la opinión pública, pero no creo que sea un asunto de contención erótica o celibato, que en resumidas cuentas viene a ser lo mismo.

Creo absolutamente que es una cuestión de poder, del poder inmenso del que gozan en nuestras sociedades beatas, los curas y religiosos católicos. Autos convencidos de ser los elegidos de Dios y de la Iglesia, sin contraparte en este mundo, y con toda la iluminación del dogma, son capaces de todo. El mariconeo de los curas, es abusivo, la pedofilia y hasta seducir cabritas chicas o mujeres casadas que andan medios perdidas por la vida es también abuso.

Pero todo esto no es nada mas que una característica de un grupo humano mas, por lo tanto como ya sabemos que nos son tan especiales, estadísticas como las elaboradas y publicadas en el mundo nos dicen que (sobre los hábitos afectivo-sexuales del clero en activo), que un “95% de ellos se masturba, un 60% mantiene relaciones sexuales, un 26% soba a menores, un 20% realiza prácticas de carácter homosexual, un 12% es exclusivamente homosexual y un 7% comete abusos sexuales.

Por ello ahora debemos esperar más actuaciones sorprendentes viniendo del clero, ya que padecen de los mismos vicios que nosotros les confesamos ingenuamente en el confesionario, debemos prepararnos una vez asentados estos escándalos de entrepiernas a encontrar a curas drogadictos, adictos a la pasta base, a la coca o al pito.

Ya conocimos a los curas como Hasbùn, fascistas y delatores durante la dictadura, y a otros sacrificados y maltratados por los mismos católicos, como Dubois y Silva Henríquez, que con sus actuaciones en defensa del los mas débiles nos reconfortan sobre el género humano en estos difíciles momentos de la grey.

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